Mario de Luis es el guardián de la portería del Castilla. El meta madrileño se ha convertido en el arquero titular del primer filial madridista por méritos propios. Sus números le convierten en el mejor arquero de la categoría. 14 partidos sin conocer la derrota ha disputado el madridista esta temporada. Desde que Raúl apostó por su titularidad en la tercera jornada, sólo le sentó en el duelo que midió a los blancos contra el Alcorcón. Aquella mañana los madridistas perdieron 4-1, pero el portero fue Luis López.
Mario es uno de los principales culpables de que el Castilla esté en este momento tercero, a un punto del líder y siendo uno de los principales candidatos a subir de categoría. Sus números en los 14 partidos que ha disputado son 10 victorias, cuatro empates, ocho goles encajados, seis porterías a cero y un sinfín de intervenciones salvadoras que han llevado a Raúl en varias ocasiones a elogiarle públicamente. Unas palabras que viniendo del técnico, que no suele regar los oídos de sus jugadores, crecen en importancia.
El canterano madridista es un ejemplo para todos dentro del vestuario del filial. Tras regresar al Real Madrid en edad juvenil, la pasada temporada tuvo que hacer la mili. Primero en el Avilés, donde las condiciones no fueron las mejores, y, posteriormente, en el Xerez, donde encontró su sitio y se ganó regresar a Valdebebas. Eso sí, a priori, como tercer portero. La idea del club era que Lucas Cañizares fuese el guardameta titular del equipo de Raúl y Luis López estuviese a caballo entre el primer equipo y el Castilla. Esta era la idea inicial, porque cuando la competición empezó, Mario fue capaz de cambiar su situación a base de trabajo y calidad.
Mario es un portero zurdo, aunque es capaz de jugar con ambas piernas. También destaca en el uno contra uno y se anticipa bien a los regates y a los movimientos de los delanteros. No es excesivamente alto, mide 1,84 metros, pero sí agilidad para llegar a cualquier balón y ser un seguro en el juego aéreo. Además, los que mejor le conocen le definen como un «buen chaval de sonrisa permanente». También valoran su fortaleza mental, como está demostrando esta temporada, y a un entorno que le hace tener los pies en el suelo siempre.
